martes, 17 de abril de 2012

Francisco Navarro Muñiz: “Paraguay sigue negando a España documentos sobre nuestra familia”


Francisco, es hermano de Carlos Gustavo Navarro Muñiz, ciudadano español asesinado en 1987 en Asunción por el Terrorismo de Estado. En el operativo también se asesino a Mirta Noemí Flores, esposa de Carlos Gustavo. En 2011, y luego de una ardua investigación de la organización, pudo localizarse y restituirse a Nicolás, hijo de Mirta y Carlos, quien fue secuestrado junto a su tío materno: Ramiro. El caso esta en la Justicia. Desde España la familia Navarro sigue reclamando al Estado Paraguayo.

Por Eduardo García – Área de Prensa y Difusión

Francisco observa con tristeza y melancolía la foto de su hermano abrazado junto a su cuñada y a su pequeño sobrino. Corría el año 1987 y  Nicolás estaba apenas recién nacido. Eran tiempos felices. Un mediodía de Diciembre de 1987 el Terrorismo de Estado cambiaria la vida de la familia para siempre. Ese 22 de Diciembre las Fuerzas Armadas asesinarían al matrimonio, ambos ciudadanos españoles. Nicolás sería secuestrado, con tan solo 1 año, en Noviembre de 1988 cuando la represión “desapareciera” a su tío. En Agosto del año pasado un estudio de ADN impulsado por H.I.J.O.S. lograría que Nicolás se reencuentre con su familia. Desde siempre Francisco exigió desde el exterior que el Estado Paraguayo asumiera su responsabilidad sobre lo ocurrido.

La Justicia Internacional actuó en consecuencia a la “aparición” de Nicolás. Actualmente se esta en proceso un juicio por la identidad del joven. Todavía no se inicio un proceso judicial por el asesinato de sus padres y Paraguay sigue negando la existencia de todo tipo de documentación. “Cuando hablamos de que afirman que no se ha hallado documentación en lo que hay de catalogado en esos archivos” – dice Francisco – “Y te encuentras con que cerca del 80% sigue sin ser catalogado, no es difícil deducir con todos los años que han pasado desde que fueron encontrados los archivos, que no se los quiere catalogar”. Francisco sabe de maniobras sucias: numerosamente gente residente en Paraguay se le ha acercado para prometerles “favores” que nunca llegaron a nada. Tampoco faltaron los oportunistas; en 1990, un oficial del Paraguay se entrevisto con el en Buenos Aires donde le aseguro que sabía el paradero de Nicolás y que se lo diría a cambio de 2.500 euros. “El testimonio de sobrevivientes que pudieron ver a mi sobrino – (Nicolás fue secuestrado y permaneció detenido hasta que lo apropiaron en 1989) – en 2 centros de torturas afirman que firmaron fichas en las que se hallaban los nombres de mi hermano y su mujer, así como del tío materno de Nicolás”, cuenta. “Nos resulta absurdo que se diga que no hay documentos referentes a ellos cuando sabemos que los hay”, continúa.

De a poco, con el pasar de los días, Nicolás se acerca cada vez más a su familia. Principalmente con uno de sus primos; Javier. “Increíblemente de a poco se esta haciendo de la familia, o mejor dicho, esta volviendo a donde pertenece… Con el que habla más seguido es con el mayor de mis hijos, y aunque a veces quisiera tomar el tubo y hablar con el, respeto sus tiempos. Se que no es fácil, pero también uno carga con todo este tiempo que el no estuvo”. Francisco asegura que Nicolás esta en plena reconstrucción de su pasado: “le ha pedido a mi hijo que le consiga unas fotos de su padre cuando iba a la universidad, los parecidos son tan grandes”. Más allá de los tiempos de la justicia, los tiempos en estos casos son sumamente personales. Nicolás se entero – de un día al otro – quienes eran sus padres, que tenía una familia que nunca lo abandono, que estuvo detenido en 2 campos de concentración, y lo más importante que la persona que recordaba una y otra vez en su niñez tenía nombre y apellido; Ramiro Gabriel Flores, su tío.

Ante la ausencia de la Justicia en nuestro país y un Poder Judicial que se compromete día a día con la impunidad, la Justicia Internacional, actúa como Estado de Emergencia. Acude a los reclamos del exterior de numerosas familias que exigen que se de respuestas sobre lo ocurrido con sus seres queridos. La primera condena de este tipo ocurrió en Uruguay por la desaparición en nuestro país de los uruguayos Gustavo Edison Inzaurralde y Nelson Rodolfo Santana. Italia cuenta con 2 procesos en los que se imputa a genocidas paraguayos. Argentina cuenta hasta la fecha con 3 causas contra los genocidas paraguayos de las cuales 2 se hallan en Juicio. “Al negarnos la información nos niegan un derecho, al hacerlo Paraguay sigue negando a España que en su país se asesino a mi hermano y a su mujer, que allí se desapareció a mi sobrino. Lo niega incluso en estos momentos, pero aunque nos sigan negando la información la justicia va a largar su sentencia. Los imputados tienen que estar presos por lo que nos hicieron. Si Paraguay no quiere darnos esa documentación, no importa, la justicia obrara en base a otras pruebas. No pueden demorarla más. Tienen que pagar”, afirma.

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